En un viaje clásico emprendido por una embarcación, el rumbo es marcado por una brújula (por lo menos en los tiempos anteriores al periodo tecnológico actual). El objetivo es fijado desde antes de la zarpada. Sin embargo, para que el barco llegue al puerto deseado se necesita de un navegante disciplinado y talentoso que pueda sortear los obstáculos del camino y gire el timón en consecuencia sin desviarse de la trayectoria general trazada: un buen timonel.

En el mundo empresarial, sucede de la misma manera. El establecimiento de un rumbo que sea sonido armónico a los oídos de los decididotes no es garantía para llegar al objetivo. Se necesita de un timonel, jefe de proyecto, cuyas capacidades no se vean limitadas a gestionar los costos, los plazos y los pequeños detalles del día a día del proyecto, sino que además sea capaz de asegurar un performance óptimo en el equipo de trabajo, de ser una especie de guía que cierre la brecha entre el objetivo establecido por los directores -la brújula, el Capitán – y las acciones realizadas en la cubierta por los marineros.

Al momento de la elección del líder de proyecto, es necesario que los directores – o gerentes- tengan en mente los atributos que, además de los aspectos técnicos, debe mostrar el líder elegido. A continuación se mencionan las características, que sin pretender mostrar un retrato exhaustivo, pueden ayudar a analizar las opciones luego de la elección del líder de un proyecto. Estas características toman mayor importancia a medida que el proyecto aumente en envergadura y contemple a un mayor número de personas:

  • Tener empatía: El líder debe saber ponerse en los zapatos de las personas implicadas y comprender sus emociones.
  • Ser un buen comunicador: El líder debe saber cuándo hablar y cuando escuchar. Cuando habla, debe argumentar con bases y en buen tono. Cuando escucha debe sintetizar lo pertinente al contexto del proyecto y los riesgos que pudieran estar presentes.
  • Ser confiable: El líder debe construir una relación de confianza con el equipo implicado; su credibilidad es clave para la consecución de los objetivos.
  • Ser un agente influenciador: El líder debe ser capaz de ejercer influencia individual y colectiva sobre los comportamientos de los miembros del equipo. La persuasión objetiva es otro elemento básico.
  • Ser motivador: El líder debe ser capaz propiciar un estado / ambiente de trabajo positivo, en el que el equipo pueda desarrollarse en un círculo de automotivación.

La capacidad del líder de sortear las circunstancias inmediatas en un proyecto, impactará indefectiblemente en la actitud que el resto del equipo tome con respecto a las mismas. Es por eso que, independientemente de sus capacidades técnicas, no puede limitarse a ser un simple ejecutor disciplinado de metodologías, sino que debe emplear su talento interpersonal a fondo para subir al barco a los actores clave (que no formen parte de su equipo) y para dirigir a su equipo al puerto esperado, sin contratiempos y con la nave intacta.

Ricardo Cuéllar Espino, consultor de ADV consulting, es Ingeniero Industrial egresado del École Polytechnique de Montreal, Canadá. Con ADV consulting, ha colaborado en proyectos en 3 países.

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